16 diciembre 2014

Se acerca el invierno...

Y para el invierno, nada mejor que una buena bufanda. Y si la bufanda es un dragón, mejor que mejor. O al menos, eso me pareció. Lo cierto es que una vez realizada, necesita algunas mejoras. Pero de todo se aprende.



Por ejemplo, con esta pieza he aprendido muchas cosas. He probado bastantes técnicas de wet felting, he experimentado con algunas lanas diferentes y he comprobado que se puede recubrir la lana de peor calidad con merino por completo (con bastante paciencia y trabajo). Esto último es sobretodo para que no pique. El dragón esta hecho prácticamente por completo en húmedo, excepto los detalles de la cabeza y el cuerpo, que están afieltrados con aguja. Es bastante más grueso de lo que parece, y abriga un montón... en las partes que cubre. Por como está colocado, es difícil enrollar en una postura que quede cómodo.



Las alas han quedado bastante robustas para ser wet felting. Mi intención original era mantenerlas plegadas, y no descarto modificarlo más adelante. Sin duda es una bufanda que me pondré a  menudo, si consigo "domesticarla". Y si, la gente te mira raro por la calle, por supuesto. Contaba con ello.



Decidí hacerlo en blanco y darle un aspecto menos reptiliano, un poco más de peluche (Recuerda un poco a Fujur, de la historia interminable). Los diseños en azul brillante fueron un añadido del final. El interior tiene una mezcla de colores curiosa (no se ve bien en las fotos), porque no me decidía y las lanas que use primero picaban bastante, así que lo cubrí por completo con merino gris, dejando zonas menos tupidas para dar aspecto de reflejos.

El detalle más inesperado vino precisamente del propio dragón. Me gusta dejar rienda suelta a la creatividad cuando construyo las cabezas, porque les da una personalidad propia a las piezas. Sin embargo, mientras estaba afieltrando la unión de las alas, no me dí cuenta, y el cuello se movió. El pobre bicho metió el hocico en mi taza de té y estuvo bebiendo de ahí un rato... de ahí el color parduzco del morro. Decidí dejarlo así, lo cual le da un aspecto más gracioso. Desde luego no es un feroz dragón blanco.... pero es monísimo (y adicto al té!).






1 comentario: